Sésamo (goma 胡麻), sal (shio 塩): de 4 a 7 de sésamo por una de sal fina.
Tostar las semillas de sésamo hasta que estén
crujientes (dorado), tener mucho cuidado en este paso porque se queman
fácilmente. Verter en un suribachi (mortero estriado).
Tostar ligeramente la sal hasta que tenga color
arena. Añadir al suribachi y mezclar con el sésamo.
Moler en el suribachi. El mazo del suribachi se
llama surikogi.
La acción de moler en el suribachi es una
meditación. Conviene encontrar un sitio apartado para hacerlo. Se puede sentar
en una banqueta, fijar el suribachi sobre un paño entre las piernas (estará
caliente) y moler con el mazo en posición vertical, la espalda vertical, con un
movimiento constante, rítmico.
El sésamo debe quedar molido y se dejarán un 10% de
los granos sin moler.
Guardar en botes de cristal. No cerrarlos hasta que
esté frío.
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